NUEVA YORK - DÍA CINCO

¡Muy buenas! Hoy estoy muy contenta porque voy a contaros el que probablemente fue mi día favorito en Nueva York. ¿Queréis saber por qué?

El día empezó con un maravilloso paseo por Central Park. Ya lo había catado un poco por fuera, pero pasear por dentro fue increíble. Fuimos "a la caza" de estatuas y lugares emblemáticos, como la estatua dedicada a Balto o la de Alicia en el País de las Maravillas (para la que había que hacer cola y todo), pero también combinamos esto con un tranquilo paseo sin más, por el simple placer de andar por los caminos o a la orilla del lago.

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De este paseo, además de con la emoción inherente de todo el viaje, me quedo con la sensación que se instaló en mí al sentarme en un banco en la zona de Strawberry Fields escuchando una versión de Imagine y teniendo al lado una compañía inmejorable.



Después del largo paseo, tocaba reponer fuerzas, así que fuimos a un restaurante llamado Max Brenner y a mí se me antojaron unos Mac & Cheese, que madre mía cómo entraron. Manjar de dioses. Os dejo una foto para deleitaros (y para babear yo con el recuerdo). Y aún hubo hueco para el postre, porque de ahí no me iba yo sin probar algo de chocolate (¿sabéis a cantidad de chocolate y tipos de chocolates y tipos de postres? Increíble...).



Para bajar semejante comilona fuimos hacia Union Square Park, que estaba al lado, la verdad, y el señorito que me acompañaba (o al que acompañaba yo, según se mire xD), me enseñó una librería de esas de las que parecen laberintos, con varias plantas y en las que yo me pierdo irremediablemente (bendita suerte la mía). En esta ocasión me contuve, porque teníamos una cita en otro sitio (la guinda del pastel ese día), y solo tuve a bien pillar El Principito, libro que compro en todos los viajes que hago.

Decidimos ir hacia el Madison Square Garden andando, ya que hacía un día agradable y apetecía mucho disfrutar así de la ciudad. De camino vimos varias cosas emblemáticas, entre ellas el Iron Flat Building (es impresionante lo finito que es). Mientras tomaba la foto de rigor no podía dejar de pensar en esa escena de Lucy en la que se rebobina el tiempo teniendo siempre como centro de la imagen este edificio. Lo que os digo: los pelos de punta.



Y por fin llegamos al Madison. A cumplir más sueños. No sé describir con palabras (de hecho, no creo ni siquiera que existan) lo que sentí al pisar el estadio y ver la cancha de la NBA. Los paneles, los sillones, la música, los gritos, los comentaristas... Estaba en una puñetera nube. No podía quitarme la sonrisa de la cara; ni aun hoy me creo que viviera esa experiencia. Podréis pensar que las canchas son todas iguales, que los equipos no eran los mejores (New York Knicks contra Washington Wizards)... lo que queráis, pero yo esa experiencia no la llevo solo en el recuerdo, la llevo debajo de la piel y solo espero poder transmitir algún día lo que sentí al estar allí.



No sé si habré conseguido plasmar lo especial que fue este día para mí, pero aquí queda. ¡Y todavía no se ha acabado!

Comentarios

  1. Jolina Nieves! Me encanta! Lo pasaste pipa!!! Cada vez que el día decaiga un poco, vuelve a este día. Que sea tu lugar de remanso mental

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    1. La verdad es que escribirlo me generó un buenrollismo tremendo ❤️

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  2. Estaría todo el día andando por Central Park. O era Perk?
    Cuántos ejemplares tienes del Principito?

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    1. Era Perk, claramente :P
      Tengo 9 ejemplares del libro (y suma y sigue ^^)

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